Miércoles de Ceniza en el Seminario

«Recordad la invitación a la conversión que viene de Dios, que ama entrañablemente a los jóvenes que quieren entregarle el corazón y la vida entera; una invitación a abandonar la somnolencia: levantaos, vamos«. Con estas palabras el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, hablaba a los seminaristas durante la plática que les dirigió en la tarde del miércoles de Ceniza.

Recordando el mensaje del papa Francisco para la Cuaresma de este año, señaló que en la Cuaresma del año de la misericordia «debemos apostar por la caridad, cercanía y misericordia con los pobres». El arzobispo propuso el modelo de Jesús buen samaritano, modelo de amor y servicio que la Iglesia está llamada a imitar: Evangelizar es el mejor modo de amar y servir. Desde el Misterio Pascual del Señor, «manifestación más heroica de compasión», animó a mirar el rostro doliente de Cristo en los que sufren, detenernos en el hombre herido, porque debemos «ser expertos como Jesús en sufrimiento, haciendo nuestro el dolor de los pobres y marginados, un acuciante dolor que sufren muchas familias». El arzobispo invitó a vivir este camino hacia la Pascua «sin bajar la guardia», disponiendo nuestro corazón para «salir a las encrucijadas de los caminos, a las periferias, a buscar a los que no conocen a Dios», descubriendo que la misericordia es sinónimo de caridad pastoral. Por último deseó a los seminaristas una «santa, fecunda y fructuosa Cuaresma, tiempo de gracia y salvación».

La tarde siguió en un clima de oración con exposición del Santísimo Sacramento, finalizando la jornada con las solemnes Vísperas.