Nuestros testimonios vocacionales

Testimonio Elder João Tavares

“De la iglesia evangélica a querer ser sacerdote católico”

Elder João Tavares, seminarista de 4º curso

La historia de conversión de este seminarista caboverdiano es curiosa. Cuenta que pertenecía a una iglesia evangélica, desde la cual criticaba a la Iglesia Católica. “Un día, por curiosidad y por querer tener más fundamentos para criticar con convicción a la Iglesia”, entró en una parroquia donde se celebraba una confirmación de jóvenes. “Quise infiltrarme como mero espectador, y allí fue el momento en el que el Señor aprovechó para tocarme el corazón a través de la homilía del obispo que celebraba la Eucaristía”, recuerda. Desde ese momento, siguió acudiendo a la Iglesia para escuchar a ese obispo hablar del Evangelio, sin embargo, “no he vuelto a verlo, pero el Señor se valió del párroco para decirme algo cada domingo”. De esta forma empezó su proceso de conversión, a la vez que se despertaba en él la llamada de Dios a “entregarme más a Él”.

Durante su discernimiento vocacional destaca la figura del padre José Mario, su párroco, que le ayudó “siendo ejemplo de entrega al servicio de Dios” y acompañándole “en todos los sentidos”. También menciona al padre Benvindo, “que entonces estaba de seminarista en la parroquia, preparándose para recibir la ordenación diaconal. Estuvo a mi lado apoyándome en todo, dedicando su tiempo para ayudarme con los estudios”.

Aunque reconoce que al principio sintió “un poco de miedo por tener que dejar todo para seguir un camino desconocido confiando únicamente en el Señor”, agradece no haber tenido muchas resistencias a su llamada. Si bien confiesa que no fue fácil cuando compartió con su familia el deseo de ser sacerdote católico: “Mi madre lo tomó normal, mostrando apoyo y alegría, pero del resto de la familia no tuve mucho apoyo”.

Después de siete años como seminarista (primero en el Seminario Menor y ahora en Sevilla) explica que “cada día tienes que decir sí al Señor, aprendiendo con los compañeros y formadores, con los fi eles de las parroquias por las que he pasado y, principalmente, aprendiendo de mis errores y debilidades”.

En este crecimiento personal y espiritual, Cursillos de Cristiandad ha supuesto “un antes y un después en mi proceso de discernimiento. El Señor me lo puso por delante cuando más lo necesitaba, ayudándome a estrechar mi relación con Él, escuchar su voz y seguir diciendo que sí a su llamada.” Pese a las diferencias culturales entre España y Cabo Verde, asegura que “no ha sido muy difícil la adaptación. He sido bien acogido por los compañeros y los formadores. Por increíble que parezca, me ha costado más adaptarme al clima que al idioma”.

«A tus manos encomiendo mi espíritu.» (Salmo 31, 6)